Marco Antonio Cruz Peralta
Mtro. en Análisis Espacial y Geoinformática, El Colegio Mexiquense A. C., https://orcid.
org/0000-0001-9035-6200; Paisajes físico-geográficos,
crecimiento urbano, cambios de uso de suelo, geoconservación,
análisis espacial; mperalta1709@gmail.com
Luis Giovanni Ramírez Sánchez
Doctor en Geografía, Investigador por México CONACyT-El Colegio Mexiquense A. C.,
https://orcid.org/0000-0003-0509-3413; Análisis espaciotemporal, paisajes
urbanos, Justicia espacial; lramirez@cmq.edu.mx
El objetivo del presente trabajo fue determinar los grados de alteración antropogénica sobre la cobertura vegetal de los paisajes de la Zona Metropolitana del Valle de Toluca. Para esto se aplicó el Índice de Antropización de la Cobertura Vegetal (desarrollado por Shishenko en 1988), a la cartografía de los paisajes físico-geográficos de la zona. Los resultados indican que el territorio de estudio presenta áreas muy extensas, con alta modificación antrópica esto debido a que el relieve juega un papel significativo en el espacio geográfico de estudio. Se concluye que la evaluación presentada, aporta bases científicas importantes para la planificación de acciones de restauración, aprovechamiento y conservación del territorio, mientras que la metodología es fácilmente replicable en otras áreas geográficas.
Palabras clave: Antropización, paisajes físico-geográficos, cobertura vegetal.
The objective of the present work was to determine the degrees of anthropogenic alteration on the vegetation cover of the landscapes of the Metropolitan Zone of the Toluca Valley. For thisd, the Plant Cover Anthropization Index (developed by Shishenko in 1988) was applied to the map of the biophysical landscapes of the area. The results indicate that the study territory has very large areas, with high anthropic modification, due to the relief that plays a significant role in the study area. It is concluded that the presented evaluation provides important scientific bases for the planning of actions for restoration, use and conservation of the territory, while the methodology is easily replicable in other geographical areas.
Keywords: Anthropization, physical-geographical landscapes, plant cover.
La influencia de las actividades antropogénicas sobre los ecosistemas naturales han aumentado y provocado severos cambios negativos en el ambiente, esto trae como consecuencia la disminución de la calidad de vida de los habitantes actuales y complica el bienestar de las generaciones futuras (Bocco et al., 2010). La crisis ambiental ocasionada por la sociedad se ha convertido en un tema de discusión permanente en organismos y conferencias relacionadas con el cuidado y protección del ambiente.
El estudio de la alteración del paisaje ocasionada por las actividades antrópicas es un problema que entra de lleno en los estudios geoecológicos. En este sentido Bertrand y Tricart (1968), mencionan que el paisaje resulta de la interacción dinámica de elementos físicos, biológicos y antropogenéticos, los cuales están relacionados dialécticamente y hacen del paisaje un conjunto geográfico único e indivisible.
El concepto de antropización se ha manejado desde hace varias décadas, pero es hasta ahora que ha adquirido la relevancia necesaria para reconocer la transformación del espacio natural por la acción transformadora del hombre (Álvarez et al., 2019; Ramírez-Sánchez et al., 2022). La antropización causada por procesos culturales, sociales y económicos establece uno de los principales factores de la degradación del espacio (Figueredo-Cardona et al., 2011).
Los paisajes físico-geográficos ostentan diferentes niveles de alteración geoecológica, que se manifiesta en pérdida de componentes, atributos y funciones, esto es resultado de las transformaciones sociales y económicas a los que son sometidos los territorios (Mateo y Ortiz, 2001). Esto trae consigo consecuencias negativas, como la pérdida de bio y geodiversidad, el descenso de servicios ecosistémicos, así como el aumento en el número de territorios en condiciones de riesgo ya sea de índole natural y/o social.
La principal causa de la pérdida de los elementos naturales del paisaje es la destrucción de hábitats por el cambio de uso de suelo, motivado por el aumento de la frontera agrícola, la expansión urbana y la escasa aplicación de los instrumentos de planificación, ordenación y gestión territorial (Ramírez-Sánchez, 2013). Toda actividad humana tiene un impacto negativo en el territorio ya sea de manera directa o indirecta, por lo que el estudio de la antropización de los paisajes se dirige en lo fundamental a la determinación y el análisis de los procesos referentes a la modificación y transformación de las unidades geoecológicas, debido a causas de origen antrópico.
El paisaje desde una aproximación físico-geográfica lo podemos interpretar como una unidad de análisis espacial en donde la degradación geoecológica se considera como la disminución de atributos y propiedades sistémicas e impiden el cumplimiento de determinadas funciones, incluyendo las cuestiones socioeconómicas, los mecanismos de autorregulación y la capacidad productiva de los paisajes (Mateo y Ortiz, 2001). En ese sentido, Priego et al., (2004) mencionan que la vegetación natural es el elemento indicador más significativo, en cuanto a la degradación del paisaje se refiere, debido a que revela de manera sintética los niveles de alteración geoecológica existentes en un espacio determinado.
Ante la apremiante necesidad de reconocer nuevos territorios destinados a la conservación, restauración y/o aprovechamiento, los estudios paisajísticos han proporcionado bases para el desarrollo de diferentes enfoques, métodos y criterios, para representar un espacio determinado y comprender la presión social sobre los bienes naturales, por lo cual, es conveniente conocer el estado actual de una área geográfica particular con el fin de establecer proyectos, acciones y políticas en materia de gestión y planificación ambiental basadas en una visión holística, sistémica y dialéctica (Canchola et al., 2015).
El análisis de la influencia antrópica sobre los ecosistemas se ha debatido desde diferentes perspectivas teóricas y metodológicas, las cuales son analizadas mediante enfoques descriptivos en su mayoría y poco integrados. Ante esta situación, se han implementado algunos métodos para realizar la evaluación cuantitativa de la antropización, tales como el Índice de Hemerobia para Paisajes (IHP) que proponen Steinhardt et al., (1999), el cual es empleado para estudiar de manera integrada las intervenciones humanas sobre los paisajes. Así mismo, Martínez-Dueñas (2010) propone el Índice Integrado Relativo de Antropización (INRA), este mismo se caracteriza por ser una medida que integra elementos relacionados a la cobertura vegetal, usos de suelo (agrícolas y rurales) y aspectos urbanos, mismos que le permitieron instaurar una medición cuantitativa y fidedigna de la variación espacial de la antropización.
Otra metodología empleada para el estudio de la antropización es el desarrollado por Magalhães et al., (2015) al que le dieron como nombre de Índice de Antropización del Bosque Inundado (FFIA por sus siglas en inglés), dicho índice permite evaluar los niveles relativos de las perturbaciones antrópicas en los bosques de llanuras aluviales y con ello establecer la participación relativa de los tipos de perturbación en cada área.
El estudio de la antropización analiza principalmente los problemas referentes a la modificación y transformación de estos, debido a causas de origen antrópico. Si bien es cierto la antropización se ha estudiado dentro de varias disciplinas científicas, en estos tiempos de continuos cambios recobra un sentido ecológico significativo para aludir a la huella que la sociedad ha producido al planeta. El análisis de la antropización, en el tema ambiental contemporáneo, busca representar las dinámicas de cambio en el ambiente, y con ello formular métodos de estudio, seguimiento y restauración del territorio (Álvarez et al., 2019).
En México el deterioro ambiental tiene como principal factor de influencia a la antropización, entendida como las transformaciones que las actividades humanas causan en los ecosistemas y expresadas principalmente en el uso del medio natural como recurso (Ramírez-Sánchez, 2009). En este sentido, Maya (2001), mencionó que la antropización se puede entender como el nivel de alteración de un ecosistema original por acciones antropogénicas, bajo ese concepto, podemos entender que un ecosistema trasformado por el hombre para fines agrícolas tiene mayor probabilidad de regeneración, que un ecosistema modificado para fines urbanos, debido a que una zona urbana tiene más elementos antropogénicos (Lambin, 1994).
La presente investigación fue desarrollada en la Zona Metropolitana del Valle de Toluca (ZMVT), bajo el enfoque teórico-metodológico de la geoecología del paisaje, la cual tiene como propósito la obtención de un conocimiento sobre el medio natural en su interacción con las actividades humanas. Los resultados de la investigación ayudan en la búsqueda de sitios prioritarios de conservación y restauración, asimismo, es posible la formulación de estrategias y tácticas de optimización del uso del suelo, el manejo y la operatividad adecuada en tiempo y espacio, de cada una de las unidades paisajísticas (Mateo, 2002), también permitirá coadyuvar a la toma de decisiones relacionadas al ordenamiento y planeación territorial de los municipios que integran la ZMVT.
Conocer el grado de antropización que guarda cada unidad de paisaje, servirá como punto de partida para la caracterización y medición de riesgos ecológicos y ambientales. Aunado a lo anterior, la cartografía elaborada podría tener un importante papel en la realización de tareas relacionadas con la planificación ambiental y territorial (Ramírez-Sánchez et al., 2021), finalmente con base en los resultados que se obtengan se puede desarrollar toda una estrategia de planificación de paisajes, acorde con las tendencias actuales para la aplicación de los conocimientos científicos en el aprovechamiento justo de los recursos naturales.
El territorio que abarca la ZMVT ha sufrido un deterioro ambiental, debido a que en épocas recientes ha presentado acelerados procesos sociales que generan cambios en el espacio (crecimiento del área urbana, modificaciones en la cobertura y usos del suelo, destrucción de hábitats, etc.). Uno de estos agentes modificadores del paisaje es la intrusión del hombre que, a través de la implementación de distintas actividades de índole socioeconómico modifica total o parcialmente el entorno, las cuales en muchas ocasiones carecen de una planeación previa que evalué los efectos que puedan tener sobre el espacio lo que genera la desestabilización del sistema y su constante degradación. Ante esta situación, la presente investigación busca conocer los niveles de alteración paisajista a través de la antropización de la cobertura vegetal, lo que permitirá zonificar el territorio para establecer políticas ambientales y territoriales adecuadas sobre cada unidad espacial.
Actualmente la ZMVT está integrada por 16 municipios1, con una población aproximada de 2 353 924 de habitantes (INEGI, 2020). Es una de las 15 zonas metropolitanas con más de 1 millón de habitantes. Por su densidad poblacional la convierten en la quinta ciudad más importante del país. Además de la importante dinámica que presenta con la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) y con la Zona Metropolitana de Santiago Tianguistenco (ZMST).
Para la implementación del Índice de Antropización de la Cobertura Vegetal (IACV), se utilizó como base la cartografía de los paisajes físico-geográficos de la ZMVT, a escala 1: 50 000, Cruz-Peralta y Ramírez-Sánchez (2022), el cual fue desarrollado a partir de la distinción y análisis de las unidades naturales espaciales objetivamente existentes, mismas que se definen por la uniformidad relativa de las condiciones naturales y el carácter específico de su estructura y funcionamiento. Obteniendo para el área estudio, un total de 37 localidades, 55 parajes complejos y 189 parajes simples.
Para conocer los grados de transformación antropogénica que presenta la cobertura vegetal de los paisajes físico-geográficos de la ZMVT, se utilizó el Índice de Antropización de la Cobertura Vegetal (IACV) (Shishenko, 1988), el cual se desarrolla bajo la siguiente ecuación:
Donde:
IACV=Índice de antropización de la cobertura vegetal del paisaje.
ri= Grado de transformación antropogénica de los paisajes del tipo i de utilización.
1 Almoloya de Juárez, Calimaya, Chapultepec, Lerma, Metepec, Mexicaltzingo, Ocoyoacac, Otzolotepec, San Antonio la Isla, San Mateo Atenco, Rayón, Temoaya, Tenango del Valle, Toluca, Xonacatlán y Zinacantepec. Aij= Área dedicada al tipo de utilización i en el geocomplejo j. ATj=Área de la unidad de paisaje j.
El universo de estudio está acotado a la ZMVT, en el cual el eje rector de este trabajo es el paisaje,
que se caracteriza por los subsistemas que lo
componen y las relaciones que se desarrollan entre ellos. Para conocer los niveles de alteración antropogénica
que presenta la cobertura vegetal de los paisajes físico-geográficos de la ZMVT,
se utilizó el Índice de Antropización de la Cobertura Vegetal (IACV), (Shishenko, 1988),
mismo que ha sido utilizado
previamente por Priego et al.,
(2004), Matews (2011), Campos-Sánchez et al., (2012), Espinoza (2013),
Domínguez-González (2017), Morales et al.,
(2019) y Ramírez-Sánchez et al., (2022), logrando resultados satisfactorios. Bajo este indicador, cada tipo de uso de suelo y vegetación que se encuentren dentro de una unidad de paisaje responderá a un peso relativo (en escala
0 a 1) según los niveles de alteración antropogénica que contenga; en este sentido,
los valores máximos
representan una mayor degradación geoecológica
y a valores menores se interpreta como una menor degradación. Para el presente
trabajo, se adaptaron las ponderaciones a las condiciones físico-sociales de la
zona (TABLA 1). Asimismo, se empleó la información de la composición en tipos
de cobertura de cada geocomplejo; la cual se obtuvo
de la serie VII de INEGI (INEGI, 2018),
misma que se encuentra a una escala
1:250 000 y que fue adaptada para ser utilizada en la
escala de trabajo de la presente investigación.
Tipos de vegetación; serie VII de INEGI |
Ponderación del grado de transformación antropogénica (ri) |
||
Vegetación primaria |
Bosque |
Encino |
0.01 |
Encino-Pino |
|||
Oyamel |
|||
Pino |
|||
Pino-Encino |
|||
Tular |
|||
Pradera de alta montaña |
|||
Vegetación secundaria arbórea |
Bosque |
Encino |
0.15 |
Encino-Pino |
|||
Oyamel |
|||
Pino |
|||
Bosque mesófilo de montaña |
|||
Vegetación secundaria arbustiva |
Bosque |
Encino |
0.15 |
Oyamel |
|||
Pino |
|||
Pino-Encino |
|||
Uso de suelo |
Pastizales |
Inducido |
0.4 |
Bosque |
Cultivado |
0.4 |
|
Agricultura |
Temporal |
0.75 |
|
Humedad |
0.75 |
||
Riego |
0.75 |
||
Asentamientos humanos |
0.98 |
||
Cuerpos de agua |
0.03 |
||
Desprovisto de vegetación |
0.9 |
||
Sin vegetación aparente |
0.01 |
Fuente: Elaborado con base a Ramírez-Sánchez et al. (2022).
Este estudio, también se guía por las premisas de Mateo y Ortiz (2001) sobre la antropización de los paisajes como resultado de ideas teóricas y metodológicas, en donde se establecen a los geocomplejos naturales como la base para la evaluación de la trasformación del espacio como resultado de las actividades socioeconómicas.
El método utilizado se empleó bajo una sucesión de pasos, donde la aplicación de la ecuación del IACV permitió la confección de un mapa en el cual se utilizó el método de clasificación de Rupturas naturales (Jenks)2 donde se definieron cinco categorías: Muy alto, alto, medio, bajo, muy bajo (FIGURA 1).
Es un método que busca reducir la varianza dentro de las clases y maximizar la varianza entre clases. Esto lo logra minimizando la desviación promedio de cada clase con respecto a la media de la clase, mientras se maximiza la desviación de cada clase con respecto a las medias de las otras clases (Esri, 2018).
Fuente: Elaboración propia.
Las actividades antrópicas que se desarrollan en la ZMVT tienen una relación directa con el uso y ocupación del territorio, donde la acción humana ha producido efectos y alteraciones en los sistemas naturales, algunos positivos (creación de zonas de protección y restauración), otros negativos (minería, crecimiento urbano no planificado, entre otros), en consecuencia del uso intenso, acelerado y en algunas ocasiones desmedido de los recursos naturales, superan los tiempos de regeneración del sistema natural, dando como resultado la degradación del espacio y que impide el cumplimento de determinadas funciones (Bifani, 2007).
De acuerdo con los resultados obtenidos, el territorio que comprende la ZMVT se caracteriza por tener una elevada antropización de sus paisajes. Esto se ve reflejado en la cobertura vegetal de un gran número de geocomplejos, los cuales poseen altos a muy altos grados de transformación antrópica (TABLA 2); las definiciones de los grados de antropización de la cobertura vegetal de los paisajes se presentan en la TABLA 3.
Tabla 2. Superficie ocupada por las categorías del IACV.
Categoría |
Superficie en km² |
Porcentaje |
Muy alta |
626.30 |
25.95 |
Alta |
906.83 |
37.58 |
Media |
361.48 |
14.98 |
Baja |
179.93 |
7.46 |
Muy baja |
338.58 |
14.03 |
Fuente: Elaboración propia. A partir de Cruz-Peralta y Ramírez-Sánchez (2022).
Tabla 3. Definición de los grados de antropización de la cobertura vegetal de los paisajes.
GACV3 |
Rango del IACV |
Definición |
|
Muy Bajo |
IACV≤0.263 |
Geocomplejos que mantienen su cobertura vegetal en estado natural y/o semi-natural en más de 90 % del CTN. Menos de 10 % se aprovecha en actividades agropecuarias, usos urbanos y/o industriales. |
|
Bajo |
0.264<IACV<0.419 |
Geocomplejos que mantienen su cobertura vegetal en estado natural y/o semi-natural en más de 55-60 % del CTN. Menos de 10 % se aprovecha en actividades agrícolas en 25 %; no se encuentran elementos urbanos y/o industriales. |
|
Medio |
0.420<IACV<0.631 |
Geocomplejos que mantienen su cobertura vegetal en estado natural y/o semi-natural en más del 15-20 % del CTN. Las actividades agropecuarias se desarrollan hasta en 80 % del territorio y se encuentran elementos urbanos y/o industriales. |
|
Alto |
0.632<IACV<0.755 |
Geocomplejos que mantienen su cobertura vegetal en estado natural y/o semi-natural en más de 2-3 % del CTN. Más de 80 % se aprovecha en actividades agropecuarias y se encuentran elementos urbanos y/o industriales hasta en 17 % del geosistema. |
|
Muy Alto |
IACV≥0.756 |
Geocomplejos que mantienen su cobertura vegetal en estado natural y/o semi-natural en menos de 0.5 % del CTN. En más del 80 % se aprovecha para usos urbanos y/o industriales el 20 % restante está integrado por actividades agropecuarias. |
Fuente: Tomado y modificado de Ramírez-Sánchez (2022).
En la ZMVT predominan los geosistemas
con alto y muy alto grado de antropización de su cobertura vegetal, con una
superficie de 37.58 y 25.95% del territorio, que en conjunto suman el 63.53%;
le siguen los paisajes con un grado de antropización de media, muy baja y baja, con una superficie de 14.98, 14.03 y 7.46% del área respectivamente, los cuales
suman el 36.47% del total de la superficie la zona (FIGURA 2).
2 GACV: Grado de antropización de la cobertura vegetal.
Figura 2. Grados de antropización de la cobertura vegetal.
Fuente: Elaboración propia.
Los resultados del IACV indican que las áreas de mayor antropización (rangos altos a muy altos), se encuentran en zonas que tienen grandes centros urbanos, de igual manera se puede apreciar en áreas que presentan un alto índice de actividad agrícola y/o agropecuaria, esto debido a que las condiciones morfológicas en las que se desarrollan consisten principalmente en planicies, ver FIGURA 3.
Figura 3. Representación espacial de la transformación de la cobertura vegetal de los paisajes de la ZMVT.
Fuente: Elaboración propia a partir de Cruz-Peralta y Ramírez-Sánchez (2022). Ilustrador: ArcGIS 10.5 (2016).
Los grados de antropización muy bajo y bajo se distribuyen de manera continua en los sectores NE (Sierra de las Cruces) y SO (Nevado de Toluca) de la ZMVT y a manera de parches se pueden encontrar en las cimas
de las elevaciones que se distribuyen en el área, estos niveles de antropización se deben a la complejidad orográfica en la que se distribuyen y que permite en cierto modo una mayor “conservación” natural (FIGURA 4).
Figura 4. Representación espacial de los grados de antropización Muy bajo y Bajo.
Fuente: Elaboración propia a partir de
Cruz-Peralta y Ramírez-Sánchez (2022). Ilustrador: ArcGIS 10.5 (2016).
Los geosistemas bajo la categoría media se distribuyen a manera de parches por toda la ZMVT; sin embargo, estos presentan mayor representatividad en los sectores NE, SO y NO, debido a los cambios de uso de suelo que se han presentado en los últimos años, los cuales pasaron de tener una vocación natural a estar condicionados por la expansión de la frontera agrícola, caso concreto en la zona del Nevado de Toluca, en la que se sustituyen zonas boscosas por cultivos de papa y en el caso de las denominadas Ciénegas de Lerma, las cuales el impacto de la antropización es aún más evidente por la conjugación de varios elementos entre los que destaca la morfología de la zona, la accesibilidad, la disponibilidad de servicios, zona de transición entre la ZMVT y ZMVM, mismas que han permitido una intensa expansión urbana (FIGURA 5).
Otro elemento a considerar dentro de estas categorías es el crecimiento urbano de la ZMVT, cuya expansión hacia la periferia, es producto de la interconexión que tiene el municipio de Toluca con los circunvecinos. Es importante agregar que la construcción de servicios y equipamientos de cobertura nacional e incluso internacional (industrias, escuelas de nivel superior, central de autobuses, aeropuerto, autopistas, etc.) (Valdés y Jiménez, 2021), que representan un flujo constante de la población lo que genera alteración del espacio físico y repercute en la modificación de la cobertura vegetal.
Figura 5. Representación espacial de los grados de antropización Medio.
Fuente: Elaboración propia a partir de Cruz-Peralta y Ramírez-Sánchez (2022). Ilustrador: ArcGIS 10.5 (2016).
Finalmente, los grados antropización muy alto y alto los cuales se distribuyen en el sector central de la ZMVT, con tendencia de crecimiento hacia el sector E de esta. Los resultados nos indican que las áreas de mayor antropización se encuentran en zonas con grandes centros urbanos (por ejemplo: Toluca, Metepec, Lerma, San Mateo Atenco, Zinacantepec, entre otros), de igual manera se puede apreciar que dichos niveles se disponen en zonas con alta actividad agrícola (por ejemplo: Almoloya de Juárez, Temoaya, Calimaya, entre otros) (FIGURA 6).
La transformación del territorio de la ZMVT, se generó principalmente por la industria que llegó a esta zona del territorio mexiquense en la década de los años 60 (García-González et al., 2015), esto trajo consigo una serie de procesos sociales entre los que destaca el crecimiento demográfico, el cual propició el uso de una gran cantidad de territorio con el fin de satisfacer las necesidades básicas de la población creciente (vivienda, carreteras, etc.). Las consecuencias de este proceso descontrolado por parte de los de habitantes repercutieron en el espacio natural, debido a la constante demanda de recursos que el entorno podía brindar (madera, agua, zonas para cultivos, zonas para desarrollos habitacionales, etc.).
Figura 6. Representación espacial de los grados de antropización Muy Alto y Alto.
Fuente: Elaboración propia. a partir de Cruz-Peralta y Ramírez-Sánchez (2022). Ilustrador: ArcGIS 10.5 (2016).
Para fortalecer la correlación espacial entre los grados de antropización de la cobertura vegetal y la estructura geomorfológica de los paisajes físico-geográficos, se realizó una prueba estadística que permitió calcular los niveles de significación de las categorías mediante una tabla cruzada (TABLA 4), y la prueba de relación de Chi cuadrada de Pearson (TABLA 5), la cual nos indicó que existe una relación significativa entre las características morfológicas del relieve y la antropización calculada.
Tabla 4. Tabla cruzada: Geoforma vs categoría GACV.
Muy baja Baja |
Categoría de GACV |
Total |
||||||
Media |
Alta |
Muy alta |
|
|
||||
Geoforma |
Montañas |
Recuento de geocomplejos |
850 |
508 |
489 |
339 |
39 |
2225 |
% dentro de geoforma |
38.2% |
22.8% |
22.0% |
15.2% |
1.8% |
100.0% |
||
% dentro de categoría |
91.2% |
91.0% |
59.9% |
27.7% |
5.5% |
52.5% |
||
% del total |
20.0% |
12.0% |
11.5% |
8.0% |
0.9% |
52.5% |
||
Lomeríos |
Recuento de geocomplejos |
2 |
0 |
88 |
314 |
33 |
437 |
|
% dentro de geoforma |
0.5% |
0.0% |
20.1% |
71.9% |
7.6% |
100.0% |
||
% dentro de categoría |
0.2% |
0.0% |
10.8% |
25.6% |
4.7% |
10.3% |
||
% del total |
0.0% |
0.0% |
2.1% |
7.4% |
.8% |
10.3% |
||
Piedemonte |
Recuento de geocomplejos |
0 |
13 |
210 |
224 |
0 |
447 |
|
% dentro de geoforma |
0.0% |
2.9% |
47.0% |
50.1% |
0.0% |
100.0% |
||
% dentro de categoría |
0.0% |
2.3% |
25.7% |
18.3% |
0.0% |
10.5% |
||
% del total |
0.0% |
.3% |
5.0% |
5.3% |
0.0% |
10.5% |
||
Valles |
Recuento de geocomplejos |
80 |
37 |
24 |
8 |
1 |
150 |
|
% dentro de geoforma |
53.3% |
24.7% |
16.0% |
5.3% |
0.7% |
100.0% |
||
% dentro de categoría |
8.6% |
6.6% |
2.9% |
0.7% |
0.1% |
3.5% |
||
% del total |
1.9% |
0.9% |
0.6% |
0.2% |
0.0% |
3.5% |
||
Planicies |
Recuento de geocomplejos |
0 |
0 |
6 |
341 |
635 |
982 |
|
% dentro de geoforma |
0.0% |
0.0% |
0.6% |
34.7% |
64.7% |
100.0% |
||
% dentro de categoría |
0.0% |
0.0% |
0.7% |
27.8% |
89.7% |
23.2% |
||
% del total |
0.0% |
0.0% |
0.1% |
8.0% |
15.0% |
23.2% |
Muy baja Baja |
Categoría de GACV |
Total |
||||||
Media |
Alta |
Muy alta |
|
|
||||
Total |
Recuento de geocomplejos |
932 |
558 |
817 |
1226 |
708 |
4241 |
|
% dentro |
22.0% |
13.2% |
19.3% |
28.9% |
16.7% |
100.0% |
|
|
de geo- |
||||||||
100.0% |
100.0% |
100.0% |
100.0% |
100.0% |
100.0% |
|
||
forma |
||||||||
% dentro |
|
|
|
|
|
|
|
|
de cate- |
|
|
|
|
|
|
||
goría |
22.0% |
13.2% |
19.3% |
28.9% |
16.7% |
100.0% |
||
% del |
|
|
|
|
|
|
||
total |
|
|
|
|
|
|
Fuente: Elaboración propia.
Tabla 5. Prueba de chi-cuadrado.
|
Valor |
Grados de libertad |
Significación asintótica (bilateral) |
Chi-cuadrado de Pearson |
3803.897a |
16 |
0.000 |
Razón de verosimilitud |
4061.554 |
16 |
0.000 |
N de casos válidos |
4241 |
|
|
a. 0 casillas (0.0%) han esperado un recuento menor que 5. El recuento mínimo esperado es 19.74. |
|
|
|
Fuente: Elaboración propia.
El valor de la estadística del chi cuadrado fue de 3803.897, por su parte, el valor de significancia asintótica fue de 0.000, por lo que, el resultado es significativo debido a que no cumple con lo establecido en la hipótesis nula, la cual afirma que dos variables son independientes entre sí cuando el valor p es mayor que el valor alfa estándar o designado (normalmente 0.05).
En este caso, el valor p es menor que el valor alfa estándar, por lo que rechazaríamos la hipótesis nula que afirma que las dos variables son independientes entre sí. En pocas palabras, el resultado es claro: los datos sugieren que las variables geoformas y categorías de GACV se encuentra asociadas una de otra.
De acuerdo con la tabla cruzada, la geoforma condiciona directamente los niveles de antropización, siendo así que, la categoría muy baja y baja se establece principalmente en paisajes de montañas y valles con un valor porcentual de 34.8% respecto al total. Las condiciones bióticas y abióticas presentes en esas unidades espaciales favorecen el desarrollo de zonas boscosas las cuales aún no presentan un grado de antropización alto y conservan su estado “natural”.
La categoría media se distribuye significativamente sobre unidades de relieve de tipo montañas, lomeríos y piedemonte, lo que representa el 18.6% respecto al total, estos dos elementos morfológicos se ven condicionados por la expansión urbana, los distintos tipos de agricultura y el desarrollo de pastizales.
Respecto a la categoría alta y muy alta, estas se encuentran presentes en paisajes constituidos geoformas de tipo montañas, lomeríos, piedemonte y planicies que en su conjunto abarca el 45.4% tomando como base el total; dentro de las primeras tres categorías de geoformas, la antropización se debe principalmente por actividades relacionadas a la minería, agricultura, aprovechamiento forestal, deforestación, asentamientos humanos irregulares, entre otros. Finalmente, para las planicies el principal factor que altera el paisaje es el uso urbano intenso que se presenta en la ZMVT, la cual es una mezcla entre actividades agrícolas, industriales y de comercio y servicios, mismos que se desarrollan por toda la parte central del área metropolitana y que obedece a las condiciones morfológicas presentes, siendo así que, la ocupación humana en zonas planas se explica por el acceso a diversos recursos como el agua, suelos fértiles, materiales de construcción, facilidad para el transporte y la importancia económica que se puede generar de ellas (Gutiérrez-Elorza, 2009).
Los procesos de alteración geoecológica
que son representados por medio de las categorías del IACV, reflejan la
correlación espacial con los elementos morfológicos y morfométricos de los
paisajes. La relación se hace evidente en los geocomplejos
que están formados por zonas de planicie, debido a que manifiestan elevados
grados de antropización; por otro lado, la mayoría de las unidades
físico-geográficas con un relieve complejo (montañoso), se caracterizan por
tener bajos a muy bajos niveles de alteración antrópica. Bajo esta perspectiva
se puede determinar que el uso y ocupación del territorio está condicionado y
sigue un orden “lógico”, debido a que los paisajes con pendientes relativamente
bajas, elevada disponibilidad de recursos hídricos, fácil accesibilidad, así
como suelos ricos en nutrientes, generan un mayor interés para usos de suelo de
características agrícolas y urbanas, siendo así que estas unidades representan
los espacios territoriales con una mayor asimilación socioeconómica dentro de
la ZMVT. Por otra parte, los paisajes que poseen categorías de niveles bajos a
muy bajos se distinguen de las demás por ser zonas en donde la accesibilidad es
menor, la pendiente es abrupta y la cobertura de suelo que presenta en su
mayoría son boscosas; lo que favorece a que se presenten espacios donde las
comunidades vegetales se encuentran “conservadas” o no alteradas drásticamente.
Bajo esta premisa, es posible que en ellas se desarrollen niveles altos de geo
y biodiversidad, mismos que se pueden justificar por la presencia de Áreas
Naturales Protegidas como el Área de Protección de Flora y Fauna Nevado de
Toluca y Parque Estatal Otomí-Mexica entre otros que se encuentran en zonas
montañosas. Con relación a los geocomplejos de
categoría media, se pueden considerar como zonas de transición entre los
paisajes de mayor y menor alteración geoecológica;
por ende, los consideramos como los territorios o unidades sujetas a procesos
de elevada transformación socioeconómica, en donde, los cambios de uso de suelo
están en constante dinámica, generado con ello, la presencia de procesos
relacionados con la degradación ambiental. Las unidades físico-geográficas que
integran la categoría media de antropización simbolizan en algunas ocasiones
una marcada problemática ambiental y social, debido a que existe una
incongruencia entre la composición y vocación natural de las unidades
paisajísticas y el uso de suelo que se le da o el que se proyecta. Ante este
panorama, es necesario construir nuevos esquemas socioeconómicos que establezcan
una relación acorde con el espacio. Finalmente, con relación a los geocomplejos de categoría muy alta, es evidente reconocer
que hace falta mejorar la relación existente con el entorno ecológico. Por lo
que, es necesario trabajar en modelos de un desarrollo urbano que cumplan con
los parámetros necesarios en relación con las condiciones físicas y sociales de
la zona, en donde se promueva la recuperación y restauración de zonas
arboladas, con la finalidad de reducir impactos sociales negativos, asimismo,
la apertura de parques urbanos y, sobre todo, se evite el crecimiento de la
zona urbana sobre espacios que no tengan la aptitud suficiente para soportar
actividades humanas.
A diferencia de estudios previos como el de Morales et al., (2019) y Ramírez-Sánchez et al., (2022), que abordan el tema de la antropización del paisaje, este trabajo se desarrolló en una Zona Metropolitana donde los niveles de alteración geoecológica son más evidentes debido a los vínculos que se establecen entre la zona urbanizada y el entorno inmediato que está integrado por elementos de características antropo-naturales. Sabemos que, la actividad humana juega un papel importante en la intensidad de los procesos que modifican total o parcialmente el paisaje, las condiciones espaciales de cada zona de estudio son distintas y se rige por los elementos de su estructura vertical y horizontal, así como del uso, ocupación y aprovechamiento que se le da a cada espacio.
La metodología empleada permitió conocer el grado de antropización de la cobertura vegetal de los paisajes del territorio y su distribución espacial. Los resultados obtenidos parecen coherentes debido a que las zonas con alto y muy alto grado de antropización se encuentran localizadas donde se desarrollan actividades agrícolas y/o agropecuarias intensas, así como en los centros urbanos presentes en la ZMVT.
El índice de antropización utilizado reveló que predominan los grados de antropización alto y muy alto con un total de 63.53% de la superficie de la zona. En estos geocomplejos, deberían evaluarse los potenciales naturales para aprovecharlos de forma óptima e implementar proyectos de ecorehabilitación en aquellos cuyo manejo actual es incompatible con su potencial natural.
En contraste, tenemos que el 36.47% de superficie está cubierto por los grados de antropización media, baja y muy baja, infiriendo que estos geocomplejos se encuentran en una situación que garantiza la implementación de estrategias de planificación del ordenamiento ecológico, las cuales pueden garantizar la conservación de los paisajes, impidiendo que pasen a otras categorías de antropización mayor, sin embargo, es importante proponer estrategias y medidas de gestión y aprovechamiento territorial con base en sus atributos físico-naturales y que vayan de acuerdo a su vocación natural.
Con la finalidad de disminuir la intensa urbanización, sería recomendable que modificaran los modelos actuales de aprovechamiento y ocupación del territorio, de manera tal que no se incrementen, encaminando las estrategias hacia un manejo sustentable de los recursos promoviendo la creación, restauración y conservación de las áreas verdes de los centros urbanos y llevando a cabo estrategias que guíen hacia la reducción de la frontera agrícola.
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